Voy a reír como si nada estuviese mal en mi corazón, hablar como si todo estuviese perfecto en mis sentimientos, pretender que es un sueño hermoso y feliz, hacer de cuenta que nada me hace daño.

sábado, 3 de septiembre de 2016

Cuando sepas de mí, tú disimula. No les cuentes que me conociste, ni que estuvimos juntos, no les expliques lo que yo fui para ti, ni lo que habríamos sido de no ser por los dos. Primero, porque jamás te creerían. Pensarán que exageras, que se te fue la mano con la medicación, que nada ni nadie pudo haber sido tan verdad ni tan cierto. Te tomarán por loco, se reirán de tu pena y te empujarán a seguir, que es la forma que tienen los demás de hacernos olvidar. Cuando sepas de mí, tú calla y sonríe, jamás preguntes qué tal. Si me fue mal, ya se ocuparán de que te llegue. Y con todo lujo de detalles. Ya verás. Poco a poco lo sabrás, y si me fue bien, tampoco tardarás mucho en enterarte, no te preocupes.
Qué sabrán ellos de tu alegría. Yo, que la he tenido entre mis manos y que la pude tutear como quien tutea a la felicidad, quizás. Pero ellos... absolutamente nada.

A lo que iba..

Porque si algún día sabes de mí, eso significará muchas cosas. La primera, que por mucho que lo intenté, no me pude ir tan lejos de ti como yo quería. La segunda, que por mucho que lo deseaste, tú tampoco pudiste quedarte tan cerca de donde alguna vez fuimos feliz, sí, feliz. La tercera, que tu mundo y el mío siguen con pronóstico estable dentro de la gravedad. Y la cuarta, por hacer la lista finita, que cualquier resta es en realidad una suma disfrazada de cero, una vuelta a cualquier sitio menos al lugar del que se partió.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario